Marco y Jordy esperaban ansiosos el día de la carrera. Esa mañana de domingo se levantaron con los primeros rayos de luz.
En el Centro del Adulto Mayor, la buseta de transporte los esperaba, junto con las 6 personas de la tercera edad que entregarían las medallas a los corredores.
Los jóvenes son nietos de dos de los beneficiarios del centro y esa mañana correrían en representación de todos los usuarios del Centro de Jóvenes con Discapacidad Intelectual de Fundación Tierra Nueva.
Esta carrera, iniciativa de Laboratorios Bagó, logró que la solidaridad y el deporte reunieran a 675 competidores con un mismo objetivo, ayudar a los adultos mayores del centro de Fundación Tierra Nueva creado para su cuidado.
El impacto de la participación de los corredores
“Es momento de correr por ellos” fue el lema con el que Bagó inspiró a los participantes a formar parte de esta competencia.
El 50% de lo recaudado será donado para los programas y servicios que los adultos mayores reciben en el centro.
Terapia física, ocupacional, actividades para su estimulación cognitiva, contención emocional, bailoterapia, manualidades, musicoterapia y salidas recreativas llenan sus días en su escuelita, como la llaman con cariño.
El Hospital Padre Carollo, por su parte, brinda la atención médica periódica a los adultos mayores para mantener su calidad de vida.
Iniciativas como estas promueven la importancia de cuidar y valorar a nuestros adultos mayores, quienes han construido la sociedad que disfrutamos hoy en día.
¡Yo corro por mi abu!
María es la abuelita de Marco, ha cuidado de él desde que era un bebé. Para ella fue muy duro descubrir que las opciones de su nieto eran muy reducidas, porque tenía discapacidad intelectual.
Sin embargo, Marco ahora forma parte del Centro de Jóvenes con Discapacidad Intelectual de Fundación Tierra Nueva, donde aprende varios oficios y hábitos que le permitan insertarse laboralmente.
María, desde hace años es beneficiaria del Centro del Adulto Mayor, aunque todavía tiene una vida muy activa con su familia, decidió dedicarse un tiempo para hacer lo que a ella más le gusta, bailar con sus amigos.
Esa energía y alegría de vivir le ha infundido a su nieto, Marco, quien cuando escuchó que se realizaría la carrera, dijo: “yo corro por mi abu”.
Así mismo, su mejor amigo del Centro de Jóvenes con Discapacidad Intelectual, Jordy, se contagió de su emoción y decidió correr con él.
¡Involucrarse y ser parte del cambio!
No importó si eran corredores experimentados o si estaban dando sus primeros pasos en el mundo del running.
Lo que realmente importó fue la voluntad de unirse a esta noble causa y marcar la diferencia en la vida de quienes más nos necesitan.
Los adultos mayores, como representantes del centro y del resto de sus compañeros, esperaron en la meta a todos los participantes para personalmente darles las gracias por este gesto tan generoso.
La medalla que les colocaron simbolizaba más que su inscripción, el esfuerzo de correr por ellos y preocuparse por su bienestar.
Ser parte de esta experiencia enriquecedora llevó a muchos a las lágrimas. El deporte, la solidaridad y un profundo compromiso social demostraron que ¡Juntos podemos transformar vidas!