Para Martha Noboa la solidaridad es la herencia más preciada que le dejó su padre, Fernando Noboa Vélez, en cuyo honor creó la fundación FERNOVE (siglas que hacen referencia a su nombre). De él aprendió la importancia de realizar ayuda social y humanitaria.
Marta explica que dar es más un regalo para quien entrega que para el que recibe, “compartir con el que menos tiene y sobre todo con el que nada tiene llena de gozo”.
Después de más de 20 meses vuelve a Quito, está vez para conocer a Gabriela Rivadeneira, una mujer de 38 años, madre de tres hijos, que pertenece al Proyecto de Atención en el Hogar y la Comunidad de Fundación Tierra Nueva.
Los técnicos de este proyecto visitan familias de personas con discapacidad que se encuentran en situación de vulnerabilidad, ellos buscan generar alianzas para que accedan a ayudas técnicas que mejoren su calidad de vida.
Así fue, que Pablo Proaño, el técnico a cargo del caso de Gaby, se contactó con Martha para gestionar la donación de una silla de ruedas especial para ella y dos beneficiarias más.
Gaby padece de una endometriosis, por la cual debe ser intervenida quirúrgicamente, y síndrome de Steinert, que es una enfermedad muscular caracterizada por miotonía, es decir, la incapacidad de los músculos para relajarse rápidamente después de hacer algún movimiento voluntario, así como daño multiorgánico.
Los primeros síntomas aparecieron hace algunos años, se movía de manera más lenta de lo usual, no tenía fuerzas para levantar a sus hijos en los brazos, su visión se fue haciendo borrosa. Actualmente, realizar actividades sencillas como usar la cuchara; peinarse o caminar son imposibles para ella.
En su casa viven cinco chicos, tres hijos de Gaby y sus dos sobrinos, su hermana menor y su madre, quienes cuidan de ella, le ayudan a bañarse, a vestirse, le dan de comer, en fin, hacen todo lo que ella ya no puede hacer.
El síndrome de Steinert combina diversos grados de debilidad muscular, la enfermedad puede ser más grave y aparecer antes en la descendencia, este es el caso de Andrés, el hijo mayor de Gaby, quien además tiene autismo.
El curso de la enfermedad consiste generalmente en un deterioro lento y progresivo. La esperanza de vida se reduce por el aumento de la mortalidad asociada a las complicaciones pulmonares y cardíacas.
Para la madre de Gaby, la asistencia de Fundación Tierra Nueva “ha sido una bendición porque no recibíamos ningún tipo de bono o ayuda del gobierno”, el trabajo de Pablo consistió en facilitar el acceso a estos beneficios, y ahora con la entrega de la silla de ruedas va a mejorar su postura, facilitando su respiración.
Para Marta Noboa, representante de FERNOVE, “si esta labor se hace de forma individual puede resultar cansado, pero trabajando juntos podemos alcanzar a más personas y hacer mucho más por ellos”.
Esta fundación tiene un programa llamado “Abrazando Familias”, dónde se gestionan ayudas técnicas para personas con discapacidad, con la finalidad de mejorar su calidad de vida y que tengan libre movilidad.
En este ámbito conjuga su misión con Fundación Tierra Nueva y se vuelven dos instituciones hermanas, porque surgen del ideal de contribuir a crear condiciones de vida más justas para quienes lo necesitan, trabajando para concretar estos ideales en acciones.