María Tomasa Tipán, tiene 85 años, es una mujer muy trabajadora. Desde hace 24 años vive sola en una humilde casa, con techos de zinc sostenidos por piedras que cuando llueve se llenan de goteras, lo que ha deteriorado las paredes por la humedad, dejándolas inservibles.
Pese a su edad, María Tomasa se sube al techo para arreglar las piedras y minimizar el ingreso de agua a su vivienda; es una mujer muy independiente, incluso aprendió a leer y escribir sin haber ido a la escuela.
Tiene tres hijos que formaron sus propios hogares, lastimosamente, al igual que ella su situación económica es difícil. Su único sustento es el bono que recibe, con el que difícilmente compra sus medicinas para la artritis y los pocos alimentos que le alcanzan.
Por ello, Fundación Tierra Nueva le incluyó entre los beneficiarios de la entrega de kits alimenticios durante el 2020, ya que, es parte de su Centro de Atención para el Adulto Mayor, donde las personas de la tercera edad reciben rehabilitación física, alimentación y realizan actividades con la finalidad de mantener una buena calidad de vida.
A María Tomasa le gusta hacer manualidades, con la guía de los técnicos todavía las realiza en casa y son su mayor orgullo, aunque confiesa que extraña mucho a sus amigos y el cuidado que recibía en el centro.
Este cuidado e interés por el bienestar de los 60 adultos mayores que asistían al centro, se mantuvo durante la pandemia. Los técnicos realizan las actividades por Zoom, envían los videos por WhatsApp y visitan periódicamente sus casas para entregarles materiales de trabajo, así como, constatar su estado de salud y ánimo.
Fue así que, de ellos surgió la iniciativa de mejorar la casa de María Tomasa, que era un peligro, el techo estaba a punto de venirse abajo. Para sus hijos era muy complicado ayudarla, ya que, solo una de ellas tiene trabajo fijo.
Por ello, se realizó una rifa solidaria que con la contribución de Alma Ecuador recaudó mil dólares, sin embargo, la casa estaba en tan mal estado que no se podían hacer arreglos, tenía que ser reconstruida.
Mediante redes sociales se pidió ayuda para levantar la casa desde cero. Tres estudiantes de arquitectura de la Universidad Católica se ofrecieron a realizar los planos, con las adecuaciones necesarias para un adulto mayor y a dirigir la obra. Con lo recaudado en la rifa se hizo la base. Irene, hija de la beneficiaria, sacó un préstamo en su trabajo para la colocación de las columnas.
Luego, se unió Cemento Selva Alegre, Muebles ANKU y el Padre Julián Vallotto para la entrega de cemento, muebles y el pago de los trabajadores. Además de la gestión para las donaciones, Fundación Tierra Nueva está realizando el cableado eléctrico y la colocación del porcelanato del baño.
En enero, la obra tuvo que parar por falta de dinero, pero gracias a la ayuda de todos se retomó y se realizará la entrega oficial a finales de febrero.
María Tomasa Tipán agradece desde el fondo de su corazón las muestras de solidaridad que recibió y pide a Dios que bendiga a todos sus ángeles.