“Mi hijo es un joven súper inteligente, solo le deben tener un poco de paciencia para que comprenda cada actividad. En casa le ayudo con sus actividades y él me ayuda a preparar algún postre. A los dos nos encanta compartir ese tiempo en casa.
Gracias al Centro de Desarrollo Integral “El Niño”, CDI, mi hijo ha crecido mucho y se siente incluido en espacios como en la escuela. Como madre me llena de alegría verlo cuando expresa sus emociones.
Uno de los espacios que le encanta es la granja. Juntos hemos hecho mingas, donde he evidenciado que disfrutan mucho de estar relacionado con la naturaleza”, nos cuenta María, madre de Cristhian Morocho.
Más espacios para trabajar la discapacidad
El CDI es pionero en atención en discapacidad moderada y grave. Tiene más de 20 años de experiencia brindando cuidados para niños, niñas, adolescentes y jóvenes con discapacidad intelectual (síndrome de Down, autismo) y/o discapacidad motriz (parálisis cerebral).
Gracias a un equipo de profesionales integrado por psicorehabilitadores y educadores con amplia experiencia y sentido humanista, se puede tener una atención integral.
En el sector de Amaguaña, los beneficiaros disfrutan de un campus rodeado de áreas verdes, espacios de juegos, aulas, salas de terapia para rehabilitación, hipoterapia e hidroterapia.
Ahora también disponen de una granja integral gracias al financiamiento de Misea Cara. ONG de Irlanda que, confiando en el trabajo que hace Tierra Nueva apostó por este proyecto.
“Nunca pensé que mi hijo iba a poder estar en una institución así, donde pudiera formarse con conocimientos especializados y además a su propio ritmo, gozando de actividades como el cuidado de animales, que a él tanto le gusta”, comenta María.
Beneficios del contacto con la naturaleza para jóvenes con discapacidad
Con el desarrollo de este proyecto se esperan tener cambios significativos en la vida de los jóvenes con discapacidad moderada, como: contribuir a su empleabilidad, aprendizaje de nuevas habilidades, promover su independencia y mejorar sus habilidades de socialización.
Cristhian ingresó al CDI a los 6 años, ahora tiene 22 e integra el Aula de Desarrollo Integral 3 “B”, donde aprendió a realiza artesanías como pulseras, collares y otras manualidades, espera así generar ingresos económicos propios.
Aunque ahora, “la actividad favorita de Cristhian es la cosecha, pone toda la atención y les brinda mucho amor a sus hortalizas, porque le explicaron que, si siembra con amor y dedicación tendrá un crecimiento positivo”, dice María con visible emoción.
A muchos de los niños y jóvenes les motiva el ver como sus hortalizas, plantas aromáticas, frutales y florales, así como otras especies menores van teniendo buen crecimiento.
En los talleres agroecológicos los jóvenes son testigo del cambio que se produce cuando se genera conciencia ambiental y adquieren conocimientos para replicarlos en sus hogares y así mejorar su calidad de vida.
Tierra Nueva tiene por misión de transformar la vida de sus usuarios, restituyendo sus derechos y mejorando su situación de vulnerabilidad. Generar las condiciones para su crecimiento integral, va más allá de nuestra vocación